Cuando yo decidí ser nutricionista, no estaba muy segura de mis logros, ni tan siquiera de que pudiera acabar esta carrera (a mis años uff..), aposté por ello, y tener por seguro que con constancia, tesón y ganas…, todo se consigue, no importa la edad.
Sí amigos, acabé el grado de Nutrición y Dietética y me empeñé en abrir una consulta, digo eso porque la nutrición es la herramienta que hace que equilibres los macro y micro nutrientes de cada persona, y la dietética te ayuda a hacer las dietas; ambas dos van indefectiblemente unidas, es decir una sin la otra no es posible. Empecé con muchas ganas y por supuesto con mucha ilusión. Los principios son duros para todos, nadie te conoce, ¿o tal vez sí?, o no saben si eres buena profesional (¡a esa edad y recién terminada la carrera!). Ya sabéis, todos queremos comernos el mundo ya, pero…, hay que darle tiempo al tiempo, demostrar lo que tú puedes hacer y estás haciendo, seguir formándote, ser paciente, estudiar caso por caso, no estar apurado en el tiempo que empleas con cada persona, animar a las personas a seguir.
Una dieta personalizada se basa en la historia personal de cada persona, siempre estará guiada por las pautas que vosotros me deis de vuestro tipo de vida y de vuestros gustos (no me pidais pizza, tortilla de patatas ni cubatas porque no os los puedo dar), a los que ya me conocéis, que sois bastantes, ya sabéis lo que hago: AMOLDARME A VUESTROS GUSTOS.
También supongo que muchos de vosotros piensa: “voy a hacer dieta”, y la haces, pero no la haces bien o te cansas o no la acompañas con ejercicio o ahora no es el momento (estoy estresado/a, estoy triste…), Al final, cualquier excusa es buena y creo que yo no soy la culpable porque lo he intentado, pero siempre me acabo dando cuenta de que no es así, de que podía haber hecho más. Tengo un sentido de culpabilidad tremendo cuando no se cumplen los objetivos, (menos mal que son pocas veces), tú logro, por supuesto es tuyo, pero me encanta formar parte de él.
Ya sé que el principio es duro, hay que cambiar estilos de vida, aprender a comer de nuevo, privarte de ciertas cosas que son muy apetecibles. ¿Merece la pena todo ese esfuerzo? ROTUNDAMENTE SIII, y lo digo con rotundidad, vosotros me lo habéis confirmado. A veces la pérdida de peso es lenta, pero… “quien algo quiere algo le cuesta”. Sé que pasaréis días malos, pero la vida es así, los buenos entonces no serían entonces tan buenos.
Cuando venís a la consulta y veis vuestros logros, ¿decirme? ¿Cómo os sentís? Ese vestido o pantalón de hace 3 años (que por cierto os encanta) ya os entra, estáis pletóricas/os, y queridos amigos y pacientes, eso me satisface enormemente, vamos por el buen camino.
Muchos ya habéis acabado la dieta personalizada, ya vais solos, (algunos con un poco de miedo), pero lo importante es que habéis aprendido a comer y a tener unas pautas de alimentación sana y equilibrada. Coméis mejor que nunca y os interesáis mucho por la alimentación y por el cuidado del cuerpo, me parecen importantes en cuanto a que constituyen los cimientos sobre los que podemos lanzar nuestra vida al vuelo. Son herramientas, nada menos , y tampoco nada más. De vez en cuando os dais un capricho, porque…¿que sería la vida sin un placer de vez en cuando?. Ya sabéis que todo lo rico ENGORDA.
Únicamente me queda deciros GRACIAS Y MIL GRACIAS por confiar en mí y por poder ayudaros a ser más felices, aunque como os dije antes: EL LOGRO HA SIDO INTEGRAMENTE VUESTRO. .