La menopausia trae consigo muchos cambios: emocionales, psicológicos, físicos… Y algo que a nadie le gusta: el 75% de las mujeres suele aumentar su peso corporal entre 5 y 10 kilos más. Es decir, dos o tres tallas más de ropa. Un riesgo que se puede reducir considerablemente realizando una alimentación adecuada y una actividad física que permita mantener la masa muscular y la grasa en niveles óptimos.
Actualmente, en España hay más de 2,2, millones de mujeres en edad entre 45 y 50 años. Con la llegada de la perimenopausia, el cuerpo femenino entra en cierto declive y produce menos cantidad de estrógeno y progesterona. El déficit de estas hormonas incide de forma directa en la tendencia a acumular grasa y perder masa muscular, y se acentúa con la edad. Según algunos estudios, en tres de cada cuatro mujeres se produce un aumento del tamaño de la cintura durante la edad adulta. Cabe recordar que la grasa visceral acumulada en esta zona está relacionada directamente con el incremento del riesgo cardiovascular o algunos tipos de cáncer que se dan en la mujer, como el cáncer de mamá y útero entre otros, al igual que la diabetes tipo II, el hígado graso, hipercolesterolemia e hipertensión.
Desordenes de la menopausia
Durante la menopausia varios factores contribuyen al aumento de peso en la mujer. «Por un lado, se produce un desorden endocrino que favorece la pérdida de masa muscular, así como el aumento de los adipocitos grasos en número y tamaño, junto a una ralentización de la tasa metabólica y disminución del metabolismo basal, es decir, la cantidad de energía mínima que necesitamos para subsistir y la eficacia de nuestro cuerpo para utilizar la grasa almacenada como fuente de energía. En segundo lugar, estos desórdenes trascienden al perfil emocional de la mujer, imponiendo una tendencia a la ansiedad y a la depresión que puede derivar en trastornos relacionados con la alimentación. A partir de los 45 años la mujer empieza a perder fibra y tono muscular, que es una beta de oro imprescindible para mantenerla o mejorarla en cualquier edad, pues es la responsable del 70% de nuestro gasto calórico diario.
Por estas razones, es recomendable acudir a un nutricionista, ya que se necesita una alimentación orientada a mantener esta masa muscular, que se sirva de las proteínas y grasas saludables y enfoque los hidratos de carbono en sus versiones completas e integrales, desechando las grasas perjudiciales para la salud.
Llevar un estilo de vida activo en esta edad nos ayudará a mantener un peso saludable y disminuirá el riesgo de enfermedades cardiovasculares o cáncer. La práctica de ejercicio físico repercute positivamente sobre nuestro estado de ánimo, mejora el funcionamiento mental y propicia tanto el sueño profundo, como la reparación celular. Se recomienda una rutina semanal basada en 2 sesiones de 45 minutos de actividad física aeróbica moderada (bailar, montar en bicicleta, nadar, aerobic…) y 2 sesiones de 45 minutos de actividad de fortalecimiento muscular y flexibilidad (gimnasia de mantenimiento, pesas, abdominales, yoga, Pilates). La hidratación antes, durante y después del ejercicio es muy importante. Hay que beber el agua en pequeños sorbos y nunca a temperaturas extremas para evitar pérdidas de electrolitos y minerales.
Consejos durante la menopausia:
- Incrementar la dosis de calcio a 1.500 mg al día. Equivaldría a 2 vasos de leche (500 mg Ca), 1 yogur (175 mg Ca), 200g de acelgas (225 mg Ca), 1 sardina en aceite (125 mg Ca) y 30g de queso manchego curado (250 mg Ca). Lo ideal es tomar la leche desnatada, enriquecida con calcio y vitamina D.
- Moderar el consumo de frutas hasta dos piezas al día. Las frutas de carne blanca, como pera o manzana, reducen el riesgo de enfermedad vascular cerebral que aumenta en la mujer con la menopausia, debido a la disminución de estrógenos. La naranja y las fresas son fuentes de bioflavonoides y ayudan a aliviar los síntomas como los sofocos.
- Tomar copos de avena integral o pan de centeno integral en el desayuno, y una o dos veces a la semana legumbres con verduras en las comidas.
- Priorizar el consumo de las siguientes verduras y hortalizas: espinacas, brócoli, calabaza, coliflor, col, berenjenas, ajos y cebollas.
- Aumentar el consumo de grasas saludables (aceite de oliva, nueces) y disminuir el consumo de grasas menos recomendadas (embutidos, bollería o fritos).
- Comer dos veces a la semana pescado azul, tanto por sus proteínas de alto nivel biológico, como por su alto contenido en Omega 3.
- Tomar 4 raciones a la semana de carnes blancas como pescado, pechugas de pollo y/o pavo.
- Beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día para lograr una buena hidratación y acompañar la cena con una copa de vino tinto, ya que disminuye el riesgo de depresión e influye positivamente en la salud mental.
- Ajustar los alimentos al ciclo circadiano y biorritmo, concentrando la mayor parte de la ingesta en el desayuno y la comida y disminuir el aporte calórico a partir de la tarde/noche.
Los alimentos que no deben faltar en la dieta:
—Alimentos ricos en vitaminas del grupo B para mantener y conservar la memoria, como cereales integrales y legumbres.
—Alimentos ricos en Omega 3 que mejoran la circulación, los niveles de inflamación celular y las conexiones neuronales, perfectos también para el insomnio o la ansiedad. Podemos encontrar Omega 3 en las nueces, los pescados azules o las espinacas.
—Alimentos ricos en colina, responsable de la secreción de acetilcolina, que entre otras cosas se encarga de regular el sistema nervioso cerebral. Encontramos colina en las legumbres, los cereales integrales, las berenjenas, los ajos y las cebollas.
—Alimentos ricos en calcio y vitamina D que ayudan a mantener la densidad ósea. En la edad de la menopausia se necesitan alrededor de 1.500 mg de calcio al día, puesto que la pérdida de estrógenos de la menopausia dificulta la absorción de este mineral en los huesos. Ricos en calcio son los lácteos, las almendras y verduras como espinacas, brócoli o col.
—Tener cuidado con el consumo excesivo de soja —rica en isoflavonas y calcio—, ya que es contraindicada en mujeres con trastornos de la glándula tiroides, así como en cualquier proceso tumoral, ya que pueden contribuir a la proliferación celular anormal.
RECUERDA QUE …
- Los cambios hormonales pueden provocar un aumento de peso.
- No debes seguir dietas de adelgazamiento sin un estricto control médico, ya que puede ser muy peligroso para tu salud.
- Las dietas milagrosas y los medicamentos mágicos no existen. Existen las «dietas esfuerzo» que son más lentas y sacrificadas, pero mucho más saludables y eficaces.
- El ejercicio es un buen aliado para mantener o disminuir tu peso. La dieta de la mujer menopáusica tiene que ser equilibrada y no deben faltar en ella, bajo ningún concepto, la leche y sus derivados.
- El agua es el único alimento que no tiene calorías, debes beberla en abundancia para eliminar toxinas, facilitar las digestiones y conseguir una sensación de saciedad que te ayudará a seguir la dieta con menos esfuerzo.